viernes, 24 de diciembre de 2010

El Canto del Rio


Por: Mesias Guevara Amasifuen

El tiempo pasa con marcha lenta pero constante, no se detiene. En ella va la vida,
con sus recuerdos, sus sueños, sus penas, alegrías e ideales. Nadie se escapa a
ese formato, yo no soy la excepción. He tenido la oportunidad de viajar por el
mundo y por los pueblos del Perú, en plan de trabajo, de estudio o de paseo, y
jamás he olvidado mi procedencia.
Como he de olvidar mis raíces, si tengo el orgullo de tener sangre cutervina y
chotana, hombres y mujeres de raza, trabajadores y guerreros que hace más de
cien años llegaron a Jaén , en busca de un mejor porvenir. Como he de olvidar a
Colasay, Juan Díaz y Jaén, si bajo su cielo azul, el hermoso amanecer recibí y en
ellos crecí. Si he tenido el privilegio de crecer en contacto con la naturaleza y ser
testigo de la nobleza de su gente. Si en mi infancia he tenido el alto honor de tener
amigos, con quienes, no existían las diferencias sociales, tampoco importaba la
vestimenta, solo los momentos felices y agradables.
El fragor de la vida te enseña a trajinar y a enfrentar el infortunio, a sortear los
obstáculos, a disfrutar el dulce sabor de la victoria y controlar el sabor amargo de
la derrota. Te forma el carácter, creces con firmeza bajo los nobles ideales de la
justicia.
Es hermoso caminar por parajes llenos de verdor, ver el agua cuesta abajo
discurrir. Con fuerza discurre generando un murmullo, que al escucharlo mi alma
me dice, es el canto del río.

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http://www.scribd.com/doc/45877093/El-Canto-Del-Rio-3

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