domingo, 25 de noviembre de 2012

Voto Preferencial: ¿ser o no ser?

 
Por: Mesias Guevara Amasifuen

El objetivo fundamental que debe tener el sistema nacional electoral, es permitir que los hombres y mujeres de bien, sin distingo de raza, de credo o condición social y económica participen activamente en Política. Y así mismo debe garantizar que los mejores ciudadanos a través de elecciones limpias y transparentes lleguen a los cargos públicos.

En la actualidad para llegar a ser Congresista de la República, se tiene que pasar por diferentes vallas. La primera es que el partido político por el cual se postula, debe pasar la valla electoral de 5% o alcanzar 6 congresistas a nivel nacional. La segunda es que en la Región donde estamos postulando, debemos alcanzar la cifra repartidora. La tercera que es mas interno a las organizaciones se refiere al voto preferencial, es decir ganará el que obtenga el mayor número de votos preferenciales.

La permanencia del voto preferencial se ha convertido en el centro del debate de la reforma electoral. La presión mediática por desaparecer este mecanismo se hace notar a través de diversos artículos de opinión y propuestas legislativas que se han presentado en el Congreso.

Entre los diversos argumentos que se han emitido en contra del voto preferencial encontramos los siguientes: - Al interior de las listas parlamentarias genera “luchas fratricidas”, -El Congresista electo se siente dueño del curul, entre otros.

Los que argumentan a favor del voto preferencial manifiestan que: - Es el único mecanismo electoral que permite elegir a nuestros congresistas de manera democrática.

Ambos argumentos deben llevarnos a tener una profunda reflexión al respecto. En lo personal considero que mientras no haya una garantía de un proceso electoral intra partidario transparente e imparcial, definitivamente el voto preferencial debe permanecer porque constituye un mecanismo democrático. En mi concepto a diferencia de los que proponen eliminarlo, considero que debemos corregirlo y mejorarlo. Otro aspecto importante a tener en cuenta es que ante una eventual alianza electoral, nos da la flexibilidad al momento de construir las listas parlamentarias.

El argumento que el Congresista electo a través del voto preferencial se siente dueño del curul y no el partido, no es tan cierto. Eventualmente eso ocurre en aquellos que no tienen militancia definida y activa, por lo tanto no responden a ninguna organización partidaria. Ocurriendo todo lo contrario en los que militan activamente en algún partido político, ellos coordinan estrechamente con su organización.

La eliminación del voto preferencial favorece a los partidos políticos que tienen candidatos presidenciales locomotoras, ya que ellos son los que logran hacer ingresar a los candidatos congresales bajo una estrategia de Pull. Mientras que los partidos políticos que no tienen candidatos presidenciales locomotoras, tienen que hacer una estrategia Push- pull, es decir que el trabajo proselitista tiene que hacerse de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba. El candidato presidencial tiene que apoyar a sus listas congresales y los candidatos al congreso tienen que presionar en su jurisdicción para que su candidato presidencial obtenga un buen resultado, el esfuerzo es compartido para alcanzar la valla electoral y por ende la cifra repartidora. Si se elimina el voto preferencial, solo trabajarán los que encabecen las listas parlamentarias, los demás se sentirán sin oportunidad y por lo tanto no trabajarán, pudiendo ocurrir que el candidato congresal obtenga una buena cantidad de votos pero que no alcance la cifra repartidora. Esto perjudica a la plancha presidencial y a la lista parlamentaria.

Sin embargo, no podemos negar que el mecanismo del voto preferencial debe ser mejorado y actualizado, al respecto propongo lo siguiente: - Que exista un control efectivo sobre el gasto de campaña, hay candidatos que abusan de la propaganda electoral, - La preferencia solo debe ser por uno y no por dos como es ahora, - Que presenten propuestas de trabajo y que luego las cumplan, - Consolidar el pacto ético electoral.

La consolidación de nuestra democracia y la participación plena de la ciudadanía en general es urgente, en especial de los jóvenes y de las mujeres.