Por: Mesias Guevara Amasifuen
Una vez un señor paseaba con su hijo por los campos de su granja, y le aconsejaba de que tuviera cuidado con el paso de las carretas, ya que éstas podrían atropellarlo, enseñándole cómo advertir la venida de una de estas, por el ruido que producía al desplazarse;y para lo cual se inclinó y puso su oreja sobre la tierra, invitándole a imitarlo.
Al día siguiente, ambos nuevamente se encontraron en el camino, y el pequeño de manera intuitiva, inclinó su oreja sobre el camino y emocionado gritó: ¡padre viene una carreta¡ su progenitor hizo lo propio, constatando que efectivamente era cierto, y levantàndose le dijo: “viene una carreta y está vacía”
El niño sorprendido le preguntó asombrado: “padre, y cómo sabes que está vacía”, recibiendo como respuesta, que era así, “ porque era muy ruidosa”; luego de lo cual su padre le dijo : “hijo mío, así como hay carretas ruidosas, en el mundo encontrarás hombres ruidosos, que serán así porque tienen vacíos la mente y el corazón, aléjate de ellos, porque fungirán de fanfarrones, valentones y de falsos sabios.Sus acciones te llenarán de ira, tratarán de humillarte y molestarán la tranquilidad de tu alma”.
Compatriotas, llenemos nuestros corazones con la ley de la hermandad y nuestras mentes con nobles ideales, para estar plenos y no vacíos como la carreta ruidosa.
lunes, 5 de abril de 2010
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