jueves, 18 de noviembre de 2010

¿Vivimos en democracia?

Por: (*) Mesías Guevara Amasifuen

Uno de los aspectos fundamentales que en política se busca, es lograr establecer un sistema de gobierno. Grandes pensadores como Aristóteles, Platón, Sócrates, Pericles, dieron a conocer sus ideas, los mismos que estuvieron orientados en alcanzar ese objetivo. En la época moderna, pensadores franceses lucharon contra la monarquía, enarbolando los principios de “Libertad, igualdad y Fraternidad”. En los Estados Unidos, Abraham Lincoln abolió la esclavitud y expreso que era digno de los hombres alcanzar “el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”. A, nivel universal y en diversos momentos de la historia hemos visto como han surgido grandes naciones con formas de gobierno, muchas veces iluminados y guiados por nobles ideales como el de contribuir con el bienestar de los pueblos.
Uno de los sistemas que ha alcanzado dimensiones universales es la Democracia “Gobierno del pueblo”, grandes naciones civilizadas la han adoptado como forma de gobierno. Sin lugar a dudas que esta constituye un sistema que se caracteriza por la distribución del poder como el Ejecutivo, Legislativo y el poder judicial, estas instituciones son interdependientes sus acciones están dadas para consolidar el sistema democrático, garantizando de esa manera la gobernabilidad. A través de la democracia se busca alcanzar una sociedad, que este guiada por nobles ideales y de las virtudes más elevadas como la justicia y la solidaridad, tiene como objetivo consolidar el bienestar de las personas, de las grandes mayorías y no de un grupo minoritario. Estas y otras características describen el sistema democrático, es decir el Sistema que debe imperar en el Perú.
Al realizar un análisis del sistema imperante en nuestro país, encontramos por un lado a un Congreso de la República debilitado, por diversas razones carece de la fuerza necesaria para constituir el equilibrio de poderes, el poder judicial está muy desprestigiado diversas fuerzas políticas se han empeñado en controlar sus acciones, trayendo consigo los vicios que todos ya conocemos, lamentablemente la justicia no es ciega y su balanza no está balanceada. El poder ejecutivo en su accionar no realiza un gobierno que actúe bajo la luz de honestidad y de la transparencia, lamentablemente sus acciones no están orientadas a favorecer a las grandes mayorías y resguardar los recursos naturales y de generar una cultura de valor agregado, que permita generar mayor empleo, no fomenta la ciencia y la tecnología, ni la política de patentes. No hay una política clara que fomente la política energética, la agricultura y la agroindustria, la educación no tiene los niveles de calidad y el sistema de salud le falta liderazgo .
Por otro lado encontramos a un sistema financiero que no permite consolidar el espíritu empresarial, este no constituye el soporte que requieren los empresarios para desarrollar sus proyectos de inversión, las tasas de interés son demasiado altas.
Los medios de comunicación están en pocas manos, muchas veces están en manos de extranjeros bajo la anuencia del gobierno nacional, los medios de comunicación se han convertido en entes poderosos que tienen la capacidad de poner la agenda de la semana, tienen la capacidad de llegar a través de sus ondas radiales y televisivas a millones de peruanos, bajo ese poder estos pueden decidir a quién apoyar, a quien presionar o a quien destruir. Es lamentable reconocer que los medios de comunicación lejos de convertirse en los promotores de la información y de la democracia han adquirido la capacidad de manipular y de desinformar, a una población que está más preocupada en cómo sobrevivir, en lo cotidiano que en cuestiones de estado.
Es importante que diferenciemos entre los empresarios de verdad, de los mercantilistas. Los empresarios son aquellos que emprenden proyectos de desarrollo arriesgando su capital, generando empleo, son conscientes de su rol que tienen con el pueblo peruano por lo que contribuyen en su desarrollo. El sistema tal como está implementado no ha logrado establecer la justa distribución del tener ni del saber.
Las diversas fuerzas sociales como los gremios sindicales, colegios profesionales, frentes de defensas, académicos, intelectuales, así como millones de peruanos no se sienten parte del sistema imperante, que dramáticamente excluye a diferentes grupos sociales.
El sistema político y electoral ha colapsado, este no permite la renovación natural de los liderazgos, los representantes de los diferentes estamentos de gobierno a pesar de haber sido elegidos por lo general no cuentan con el apoyo popular, el pueblo cada cierto tiempo es convocado para que elija y luego es olvidado, la normatividad no es clara y sostenible, el pueblo peruano no se siente representado por los partidos políticos, el proceso de intermediación política ha sido quebrada, de allí el surgimiento de los movimientos independientes que en su mayoría son de alcance regional. Lo más preocupante es que el ciudadano en general ha perdido el interés por la actividad política, hay una indiferencia generalizada hacia ella. En conclusión podemos decir que el actual sistema es excluyente y que está muy alejado de ser un sistema democrático.
Ante esta realidad habría que preguntarnos ¿quiénes son los anti sistemas?, los que se rebelan contra el actual sistema o aquellos que se esfuerzan por mantenerlo. Definitivamente ambos son anti sistemas. Porque no luchan o no se preocupan por alcanzar la democracia, la misma que se establece bajo la inspiración de los principios y de los nobles ideales que son el de alcanzar el bienestar social.
Para transitar hacia la democracia real, la misma que debe ser participativa y representativa, se deben realizar reformas profundas, que tengan como eje central la Justicia, hay que seguir el camino de la vida, alejándonos del camino de la muerte, propugnando una revolución con picos y palas mas no de balas, impulsando una revolución cultural para alcanzar la conquista del peruano por sí mismo. Hay que lograr que el peruano en su real dimensión sea el protagonista del cambio.
(*) Ing. MBA. DBA (c)

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